Luego de una larga espera, este año debutó The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. El mismo marcó un éxito de ventas, tal como se esperaba, y también recibió varias nominaciones a los “Golden Joystick Awards” y “The Game Awards”, llevándose incluso en éstos últimos el premio de Mejor Juego de Acción/Aventura. A un día de terminar el 2023, no quería dejar de compartir mi reseña del título.
En Mayo, cuando se estrenó, confieso que miré (casi) todo su gameplay a través de illojuan y Twitch, porque era una entrega que no podía jugar por la plataforma pero que me daba mucha curiosidad y ganas de conocer cómo sería, aún sin haber jugado bien Breath of the Wild. Y en su momento pensé “wow, es un GOTY. A nivel artístico es bellísimo, el trabajo que hicieron con las mecánicas y las nuevas habilidades es inmenso, y la narrativa es igual de emotiva que de profunda y lo tenían bien guardado”.
Hace un tiempito tuve la fortuna de poder comenzar a jugarlo y realmente reafirmo el pensamiento. Es un título muy amplio en cuanto a las posibilidades que se nos brindan para interactuar y también por la cantidad de misiones y elementos diversos que hay en ese mundo para descubrir.
El juego, incluso antes de ser lanzado, era muy criticado porque reciclaba el mapa del BOTW. Y en parte podríamos decir que sí, pero como contrapartida Nintendo decidió extenderlo en tridimensionalidad por así decirlo, incorporando un subsuelo y el cielo, con sus correspondientes características y dinámicas. Pero creo profundamente que el hecho de trabajar sobre algo ya en parte creado con anterioridad (como la base del stage principal), les permitió extender, desarrollar y ahondar en otro elemento de la entrega: su historia.
La trama que tiene, al menos a nivel personal, me tomó por sorpresa porque no se queda en “el héroe salva a la princesa” sino que la forma de contarlo y los giros argumentales te dejan recalculando por momentos y, de hecho, empezás a comprender por qué hay ciertas cosas en ese universo que no parecían mantener relación.
Como curiosidad, parte de la narración está representada mediante cinemáticas y a varias de ellas accedemos a través de pequeñísimas búsquedas; lo cual provoca más ganas de ir a develar las siguientes escenas.
En relación a su extensión, si uno busca ceñirse a la historia probablemente en 55 a 65 horas se logra terminar, pero si se desea completar todo al 100% me atrevería a decir que hay más de 200 horas para destinarle. Tengamos en cuenta que hay 152 santuarios (entre los que se hallan en el cielo y en la tierra), 120 raíces, 1.000 semillas de Kolog, diferentes trajes y armaduras, 15 atalayas y 58 pozos, por mencionar algunos objetivos cuantificables. Como dato para esa expedición a la “completición”, las raíces guardan relación con la ubicación de los santuarios, aviso para que eso resulte más sencillo en su búsqueda.
Al igual que en otras entregas de la franquicia, habrá desafíos con puzzles y nos los cruzaremos en determinadas atalayas, por ejemplo, y no sólo en los santuarios. En relación a los acertijos en éstos últimos, es fascinante como existen distintas formas de resolverlos y creo que si los Game, y Level, Designers vieron diferentes streams se deben haber quedado locos con el pensamiento lateral y todas las posibilidades de pasarlos que ni ellos deben haber considerado en el proceso de creación. Eso aparte de en el ingenio de las personas también recae en el panorama que abren los distintos “poderes” que tiene Link aquí.
Por experiencia debo admitir que al tratar de ir dejando todo bien cerradito en cuanto a los objetivos y “coleccionables”, puede que a veces refunfuñemos un poco por las físicas del título. Pero porque capaz estamos procurando transportar un Kolog de un lugar a otro, surjan enemigos y al dejar al Kolog en el suelo para defenderlo, éste se desplace por una pendiente y después sea aún más complicado llevarlo al punto que se nos indica. Si les pasa como a mi, en esos momentos respiren, sonrían y piensen en reunir a esos dos pintorescos amiguitos.
Creo que es un lindo juego para divertirse en general, tanto si uno es fan de este universo o no. Sea por el apartado visual, la banda sonora, la amplia variedad y cantidad de desafíos y misiones que hay o las distintas personalidades de los personajes que vamos encontrando y las criaturas, por ejemplo, se vuelve una opción entretenida para jugar. Si se disfruta de un mundo abierto, encontraremos que aquí hay un sinfín de cosas por hacer y encontrar. Además, y como último detalle, es sorprendente como el gameplay y las líneas de diálogo pueden modificar según cómo esté vestido Link.
Publicada originalmente el 30 de Diciembre de 2023, en Instagram.