Desde su lanzamiento en 2019, The Legend of Zelda: Link’s Awakening siempre me generó muchas ganas de jugarlo. La razón más obvia de ello es que no había jugado ni probado el original de 1993, ni el de 1998, pero lo que más me atraía de esta nueva versión era su simpático y colorido diseño artístico. El mismo está trabajado como si fuera un diorama, aplicando una perspectiva con un aspecto conocido como tilt shift.
Tras el anuncio de la publicación de la nueva entrega de la franquicia de Nintendo, The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom, la cual comparte esa línea gráfica, me pareció el momento adecuado para iniciar aquella aventura que tenía pendiente. Y, de hecho, no sólo lo jugué, sino que me gustó tanto su propuesta que lo terminé y procuré desbloquear todo el contenido posible. A horas del lanzamiento de este nuevo juego de la saga, comparto por aquí qué me pareció Link’s Awakening.
Si bien la franquicia suele primar por su gameplay, siempre es lindo detenerse a prestarle atención a lo que va sucediendo argumentalmente. Los nombres, los diálogos, algunos desencuentros, son como las miguitas en el camino que van aportando contexto, aunque pudiese parecer que no. Engañando con su estilo gráfico pintoresco y tierno, el juego cuenta con una trama con tintes un tanto emotivos. Junto a ello, honestamente no tenía mucha noción de sus características al iniciarlo, porque quería ir conociéndolo a mi ritmo, y me llevé una muy linda sorpresa al descubrir que el factor musical estaba bastante presente en el gameplay; más que en otros exponentes de la saga. Con lo que me gusta la música, fue un Win Win fenomenal.
En cuanto a la aventura en sí, con Link deberemos ir explorando distintas mazmorras —principalmente ocho— para ir dando con lo que verdaderamente sucede en esa isla. Lo interesante es que el timing para ir avanzando nos lo marca precisamente el juego. No es que podemos empezar por la estructura que nosotros deseemos, sino que estarán organizadas más como un efecto dominó. Al completar la primera, que está definida, se nos irán habilitando nuevas herramientas y habilidades que nos permitirán acceder a otra parte del mapa y, por consiguiente, a la siguiente edificación, y así sucesivamente.
Dentro de esas construcciones, nos encontramos con un level design orientado a puzzles y deducción de movimientos, que deberemos ir resolviendo mediante las acciones que hayamos ido aprendiendo, junto a los objetos que tengamos en el inventario. Acá tengo que sacarme el sombrero por lo bien que están diseñadas. En un par de ocasiones, por ejemplo por no tener bombas, pensé que habría arruinado la run, que no tendría forma de resolver una pantalla puntual y que era un caso tan específico, que probablemente —por lo arrevesado de la situación— no se habría tenido en cuenta que pudiera suceder esa seguidilla de hechos. Para mi sorpresa, los desarrolladores, como Doctor Strange, tuvieron en cuenta todos los desenlaces que podían ocurrir. Chapeau por todas las variantes que pensaron out of the box.
Adicionalmente, hay varias misiones secundarias que en realidad se podrían considerar una, muy extensa. Y es que los distintos personajes de ese universo, nos irán pidiendo que le llevemos objetos a otros vecinos. El ir cumpliendo con esa cadena de recados, va incentivando la exploración del mapa, y capaz por algún impedimento no podemos continuarla enseguida, pero al conseguir una nueva skill podremos continuar con el itinerario. Notaremos el backtracking, pero algo que lo hace bastante ágil es la presencia de algunos puntos de teletransporte.
Si nos regimos estrictamente por lo que es la campaña, su duración ronda las 15/16 horas. Según también claro, cuánto vayamos demorando en resolver los puzzles y vencer a los diferentes bosses. La entrega cuenta con algunos coleccionables, así que si queremos tenerlo al 100% puede que nos lleve un par de horas adicionales.
A lo extenso del mapa habrá 50 caracolas para recuperar y al tenerlas todas, recibiremos una recompensa. Algo curioso es que en determinada región podremos pescar, y de hecho si queremos todos los caracoles, necesitaremos hacerlo. También a lo largo de la travesía podremos conseguir hasta 32 piezas de corazón, lo cual se traduce en 8 corazoncitos extras de vida. No menos importante, en esas tierras hay un secreto por develar, el cual mantiene relación con el color del atuendo de Link y una ventaja en cuanto a la defensa o al ataque. En mi caso opté por el traje azul, simplemente porque es de mis colores preferidos.
Al acercarme al final, tuve la duda de si al terminarlo podría seguir recolectando los objetos, por lo que procuré juntarlos todos antes del momento cúlmine. Pero positivamente luego de la pantalla de créditos, podemos retomar la partida para continuar explorando, justo antes del último enfrentamiento.
Un factor extra que me resultó simpático fue que, siendo del mismo creador original, se incluyan referencias al mundo de Mario. Y me agradó también que haya cambios de perspectiva dentro de los dungeons.
He jugado varias entregas de TLOZ previamente, e incluso todavía sigo explorando Tears of the Kingdom porque siempre hay algo nuevo para descubrir, pero The Legend of Zelda: Link’s Awakening es el primer juego de la franquicia que termino. Y así como esperaba tanto jugarlo, estoy muy contenta que justo haya sido éste con el que inicio mi camino de seguir completando más de sus títulos. Me atrajo por su arte y, al final, con su música y gameplay me copó aún más.
Publicada originalmente el 25 de Septiembre de 2024, en Instagram.